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EFECTOS DE LA CUARENTENA

Desde que en la segunda semana de marzo se decretó el estado de alarma, hemos permanecido dentro de nuestras casas.

Esto ha tenido una serie de efectos en nuestro cuerpo. A continuación describimos algunos de ellos.

Sí que son muchas las personas que han seguido realizando actividad física en casa durante el confinamiento. Sin embargo, la monotonía, falta de espacio o ausencia de motivación han sido algunos de los factores responsables de que muchas otras personas no se hayan movido prácticamente durante estos meses.

Las posturas mantenidas durante muchas horas en la silla de escritorio para teletrabajar y estudiar o en el sofá no han sido las correctas y eso sumado a la falta movimiento son algunas de las causas por las cuales han aparecido muchas dolencias.

Dolores de cabeza y hombro, rigidez dorsal… son entre otras, algunas de las patologías que presentan muchos de los pacientes. Algunos tienen también parestesias (sensación indolora de adormecimiento que se presenta sin previo aviso) y hormigueos a nivel del brazo y de la mano o incluso mareos.

Se podría resumir mucho y de manera muy sencilla, generalizando a un patrón de ‘rigidez global’. Teniendo siempre en cuenta que cada paciente es individual así como sus síntomas y patología.

Es importante añadir el efecto psicológico negativo que esta pandemia ha tenido sobre gran parte de la población. Cuadros de ansiedad, tristeza e incertidumbre se han aunado con una imposibilidad de salir a la calle y realizar actividad física.

Acudir al fisioterapeuta a tiempo, retomar rutinas de entrenamiento o mantener las que se han adquirido durante el confinamiento son aspectos importantes para encontrarse en buena forma física y con las menores dolencias posibles.